martes, 13 de julio de 2010

Educando a shanaia

La fui a recoger a la mañana siguiente y la encontré echa un ovillo en las pieles, sucia y desaliñada de haber estado toda la noche llorando. Aún así se veía muy linda con su carita llena de pecas y su pelo de fuego enredado.Me la llevé a la casa y la primera tarea fue adecentarla así que llené un barreño y la metí de cabeza en el, mi trabajo me costó porque peleaba como una giani pero yo ya tenía experiencia en domar muchachas rebeldes en anteriores ocasiones y lo conseguí, no sin tener que darle alguna que otra bofetada.Cuando entendió que yo solo quería ayudarla todo fue más fácil, menos mal porque si no hubiese tenido que cortarle la melena de lo enredada que la tenía.
Una vez limpia y vestida con un camisk nuevo ya parecía una persona. Creo que en el fondo le gustó verse así de bonita otra vez, a saber cuanto hacía que no se daba un buen baño.
Una vez adecentada pasamos a la siguiente tarea no menos complicada, enseñarle las posturas más corrientes que esa misma noches tendría que adoptar ante nuestro Amo.



La primera de todas karta para pedirle permiso para entrar en el salón y presentarnos ante El así que me puse a ello con toda la paciencia de la que era capaz.



Nos fuimos a los jardines y entre flores empecé su adiestramiento, ella no parecía muy interesada en lo que yo le iba explicando pues solo hacía que entretenerse en mirar todo el entorno que nos rodeaba así que para captar de nuevo su atención tuve que volver a las bofetadas de nuevo, volvió a volverse protestona y entonces le expliqué como pude pues no entendía aún el Goreano que eso no sería nada comparado con el látigo del Amo si no aprendía bien, ella era mi responsabilidad así que si no era capaz de enseñarla nuestro Dueño nos azotaría a las dos.Pareció entenderlo y comenzamos las clases.Yo me senté sobre mis talones, las piernas ligeramente abiertas y apoyé las manos en el suelo con las palmas hacia abajo, doblé los codos y mi frente tocó el suelo. Una vez en esa postura le dije: “Karta”.

Ella repitió mis movimientos y adoptó la postura mientras yo la miraba para corregir los posibles fallos , no hubo muchos, la muchacha era lista, solo necesitaba concentrarse.
Así estuvimos todo el día, solo paramos para comer nuestras gachas que por cierto no le gustaron nada, cuando vi la cara de asco que ponía al verlas no pude evitar recordar a la trastito de brenda, una muchacha de Ar a la que tampoco le gustan nada y que siempre se las arregla para que algún Libre le dé un trozo de choc, creo que ella y la bárbara se llevarán muy bien el día que se conozcan.Después de comer seguimos con las posturas. Volví a sentarme sobre mis talones, esta vez con las piernas juntas, poyé mis manos en mis muslos con las palmas hacia abajo, enderecé mi espalda y la cabeza alta mirando al frente, entonces le dije: ”Torre.”

Volvió a imitarme y de nuevo no hubo muchos fallos, yo estaba bastante satisfecha de como estaba aprendiendo la muchacha y me sentía muy feliz por los logros conseguidos, volví a sentarme sobre mis talones y esta vez la postura a enseñar fue: “ Nadu”.
Ella repitió los movimientos, se sentó sobre los talones, abrió sus piernas separando sus rodillas y colocó sus manos en sus muslos como yo le había indicado unos ihns antes, con las palmas hacía arriba. Enderezó su espalda y levantó la barbilla manteniendo la cabeza recta, cuando lo hubo conseguido me miró con una sonrisa y me preguntó: ¿así?.

Yo sonriéndole también le respondí: sí preciosa, estás perfecta. Y reímos las dos.
Por supuesto también consideré la posibilidad de que la castigase por cualquier fallo cometido así que le enseñé también una postura a adoptar por si acaso.
Me volví a arrodillar y sentada sobre mis talones coloqué mi melena al lado izquierdo de mi cuerpo, después incliné mi cuerpo totalmente hacia adelante hasta que mi frente tocó el suelo, extendí los brazos por encima de mi cabeza y crucé las muñecas al tiempo que le decía: “ Whipping”.Ella sin dificultad aparente repitió la postura aprendida, yo estaba muy orgullosa de mi trabajo y deseaba enseñarle a nuestro Amo los progresos que estaba haciendo la muchacha, de pronto caí en la cuenta de que ni siquiera le había preguntado su nombre tan concentrada estaba en enseñarla a tiempo.
Se lo pregunté y con una sonrisa en su graciosa cara me dijo: “shanaia ,¿y tu?”
Yo kalina , le respondí sonriendole también.
Por fin cuando estuve segura de que había aprendido bien al menos esas cuatro posturas básicas nos fuimos a merendar y a prepararla para la llegada del Amo.

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